Richard Cedeño - Ladrón de ilusiones
Ladrón de ilusiones
Richard Cedeño
Descripción
SOBRE LA OBRA:
Reid Couge, el empleado de una agencia vinculada al departamento de policía del estado ecuatoriano, es llamado a Guayaquil, “la ciudad más peligrosa del país”, para investigar el robo de una reliquia que perteneció al imperio Inca, sustraída del Museo Central de Ibarra.
Couge, al no recordar nada de su pasado, más que el hecho de haber sido abandonado en una clínica hace solo algunos años, se convertirá en un individuo tironeado por sus instintos, transformándose en un seductor innato, pero también será el portador de una aparente maldición que lo condena a escapar de las mismas mujeres que llega a conquistar.
“Ladrón de ilusiones” es una novela de ciencia ficción llena de guiños científicos, mitos arcanos y momentos de fuerte erotismo, que sin duda nos transportarán a un mundo alucinante, el clímax de una fluctuante consciencia sometiéndose a los fetiches de una sobria inconsciencia.
Una obra literaria es producto de un compendio de ideas, deliberadamente evocadas y aunadas, tergiversadas y acopladas para dar vida a un mundo ficticio. “Ladrón de ilusiones” se apoya en cierto misticismo acunado en Ucrania, lo que brinda a sus protagonistas la posibilidad de imaginarlos en un mundo real. La especulación científica se ve reflejada en la manera como se perciben los posibles fenómenos, insinuando un multiverso y una trascendencia desde los estados más primitivos de la materia hasta la concepción misma de la consciencia.
SOBRE EL AUTOR:
Richard Cedeño (Ecuador-1974)
Luego de ganar el “Festival de las Artes” en Manabí con el cuento corto “El sosiego de las ánimas”, publicó con el respaldo del Ministerio de Cultura y Patrimonio del Ecuador un cuentario titulado “El arca de los sueños”. Historias de realismo fantástico, ciencia ficción y poemas existencialistas se ven marcados en los cuentos “Ungido”, “Reencuentro”, “Sueños de Silicio”, “El sosiego de las ánimas”, “Redundancia cósmica”, “Mundo primitivo” y “Frederick Linch”.
FRAGMENTO
“— ¡Reid! —percibo una voz en mi mente—. ¡Por todos los cielos, Reid! ¡Ya era hora que te conectaras! ¿Qué haces en la costa norte?
Tecnología informática de avanzada —asumo con ironía al especular en lo que el constructo mental me quiere revelar—. Circuitos tan pequeños, emulados en transistores electromagnéticos que recrean voces. Ellas llegan a mí, como fantasmas, invisibles como los entes siniestros en los espejos, que esperan el momento para cambiarte por dentro.
Dejo mi abstracción y pongo atención a aquel llamado.
La voz en mi cabeza es de Joss, y sí, me encuentro en Atacames, en las costas del norte de Ecuador”.