Un cuadro inquietante

Edward Langdon, un erudito en busca de objetos de arte para el museo de Oxford, regresa a Inglaterra después de una misteriosa aventura en Europa. A su regreso, confía solo a unos pocos amigos, entre ellos Thomas Brinton, conservador de otro museo, que ha vivido una experiencia inquietante. Brinton, intrigado, descubre que Langdon ha encontrado un manuscrito maldito con grabados que parecen cambiar de aspecto. Decidido a descubrir la verdad, Brinton recurre a H.P. Mitchell, un comerciante de Londres conocido por su colección de dibujos topográficos. Mitchell envía a Brinton una mezzotinta que representa una residencia de campo, descrita en el catálogo como "Interesante mezzotinta. Vista de una residencia de campo, primera mitad del siglo". A pesar de la descripción banal, Brinton solicita examinar el artículo. Cuando el paquete llega, Brinton nota una figura en el margen inferior del grabado, una cabeza envuelta mirando hacia la casa. Con el tiempo, la figura en la mezzotinta cambia de posición. Primero se arrastra por el césped, luego se levanta y se mueve hacia la casa. Este fenómeno desconcierta a Brinton y a sus amigos, Norris y Garwood, quienes documentan meticulosamente cada cambio. Las investigaciones los llevan a descubrir que la casa representada es Harrowby Hall, una residencia asociada con una trágica historia de desaparición y una maldición relacionada con Sir Richard Gawdy, un hombre ejecutado por asesinato que había maldecido a la familia Francis. Con la ayuda del señor Green, un anciano miembro del colegio, Brinton y sus amigos profundizan en la historia de Gawdy y su conexión con los Francis. Descubren que Arthur Francis, el padre del niño desaparecido, era un artista aficionado obsesionado con la maldición. La mezzotinta parece ser una manifestación de sus miedos y visiones. A pesar de los numerosos esfuerzos por resolver el misterio, la mezzotinta sigue emanando un aura inquietante. Finalmente, es colocada en el Ashleian Museum, donde se convierte en objeto de estudio y especulación. Aunque ya no muestra cambios, su historia continúa perturbando a quienes la observan, dejando un halo de misterio y oscuridad.El relato presenta una trama bien construida que mezcla elementos góticos y sobrenaturales con una sólida base histórica. La tensión se mantiene de manera eficaz a través de la detallada descripción de los cambios en la mezzotinta y las reacciones de los personajes. La atmósfera inquietante se ve potenciada por la ambientación en lugares históricos y académicos, que aportan un sentido de autenticidad a la narración. La figura de Edward Langdon, aunque es un personaje secundario, actúa como catalizador de toda la historia, mientras que Thomas Brinton, Henry Norris y Richard Garwood encarnan la típica curiosidad intelectual de los académicos de la época, impulsados a investigar más allá de lo visible. La inclusión del personaje de Sir Richard Gawdy y su maldición añade profundidad histórica y moral a la trama, evocando temas de culpa, venganza y justicia.